Artista de San Vicente de Alcantara, Arte Pintura
SAN VICENTE DE ALCÁNTARA
Ortega Muñoz nace en 1899 en San Vicente de Alcántara, hijo de una destacada personalidad local, y a los seis años queda huérfano de madre. Obtiene el título de Bachiller en Salamanca, aunque dada su marcada vocación por la pintura, la cual practica de forma autodidacta desde pequeño, rechaza la recomendación paterna de seguir una carrera universitaria y se traslada a Madrid en 1919.MADRID
Durante los meses de octubre y noviembre de 1919, Ortega Muñoz envía a su familia postales que reproducen algunos de los cuadros que copia por aquel entonces en el antiguo Museo de Arte Moderno o en el Museo del Prado, para convencer a su padre de la autenticidad de su vocación artística. Continúa siendo autodidacta, y es en esta etapa cuando se inicia en la pintura al aire libre en el entorno de la Dehesa de la Villa, acompañado entre otros jóvenes artistas por el pintor filipino Fernando Amorsolo. Después de permanecer algún tiempo en la capital madrileña decide trasladarse a París.
PARÍS
Ortega Muñoz llega a París a finales de 1920. Además del ambiente artístico de la capital francesa, uno de los acontecimientos más importantes de su paso por la ciudad es la amistad que mantiene con Gil Bel, que perdurará hasta la muerte del poeta. A través de Gil Bel, Ortega participará en un proyecto colectivo (al que se incorporaron muchos jóvenes de su época), que promueve el reencuentro con las gentes del pueblo y la fibra más enraizada de la España profunda, y que asumirá un fundamental propósito de insurgencia y de renovación en la plástica española a finales de esa década. Ortega había llegado a la capital francesa llevado por su aspiración a una pintura moderna (cuyas referencias cardinales encontró en Van Gogh, en Gaugin y en Cezánne), pero a causa de la crisis tanto ideológica como formal de la vanguardia que entonces se vivía en el París de la posguerra, se decide a viajar hacia el sur, a Italia, para reencontrar en los maestros del pasado unos valores más auténticos de espiritualidad, sencillez y pureza.